domingo, 2 de noviembre de 2008

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ FOTOS DEL ROL !!!!!!!!!!!!!!!!
“Guess what?”, me dijo el Wero, “Ni modo Emmanuel, te vas a tener que fletar por que Hugo no ha llegado”. “Va a ver reencuentro de Revolver güey, por enésima vez,” confirmo Isaac con un poco de sarcasmo. Las bromas no tardaron en salir de boca de todos los presentes… que el plato de segunda mesa, que los mandara allá lejos, que por favor otra vez noooooooo!!!…
Así comenzó, propiamente dicho, el primer día del viaje, entre humo de cigarro, billar y rock and roll. Celebrábamos el cumpleaños “ya ni se cuantos” de Isaac, uno de los hermanos que la vida me dio. Fue genial ver a Dylan –hijo de Isaac- y poder jugar un poco con el pues siento que siempre me recuerda aunque no lo veo mucho y eso me alegra muchísimo. La cosa en la mesa de billar se ponía buena y a pesar de que tiene y siempre ha tenido un pata chueca, había muchas retas. Yo soy pésimo en el billar pero tengo mis momentos de fortuna e inspiración así que echamos varias parejas fuera sin querer queriendo. Hemos bromeado tanto y disfrutado de una chelita en el billarzuco como hace mucho o como tal vez nunca lo había hecho. Estábamos rodeados de muchas de las mismas caras de cada año y de otras que eran nuevas, pero siempre las que deberían estar por derecho de antigüedad. Don Arturo, papa de Isaac, como siempre dándole un sazón diferente a las conversaciones que mantenía con los demás.
Llego la parte inevitable…. El vocal de mis ex compañeros en Revolver, una banda de covers que teníamos, no se presento. ¡¡¡Me hicieron cantar!!! No me puedo explicar cabalmente porqué seguimos haciendo eso (jajaja), bueno tal vez no sea tan difícil de entender pues es algo que nos une, un escape, un regreso a muchas “aventuras” que compartimos por mucho tiempo. Como siempre que comenzamos a tocar, poco a poco las personas se van retirando… una coincidencia que siempre nos acompaña. Sin embargo, lo disfrutamos mucho. Se presento la carrilla, el sarcasmo y todo lo demás que siempre nos rodea. Gush se aventó la suya, bueno, hasta Hector cantó Creep de Radiohead… vaya acontecimiento!!!
¿Y el pastel qué? Ya nos íbamos sin comer pastel, ahí estaba el pobrecito en la mesa, sin que nadie lo pelara. “Queremos pastel, pastel, pastel”, gritábamos Alex, Arturo, el Galo y yo. No quisimos estropear el pastel con eso de la mordida pues era un pastel de zanahoria y después de toda la faramalla nos dieron nuestra rebanada después de otros gandayas que ni siquiera cantaron, pero a la hora de la hora no fallan… ya ven como es uno.
Nos retiramos a dormir llenos y contentos, y el frío nos llegó bien cabrón en el regreso de Las Carretas y ni hablar nos gusta andar en la moto. Una desvelada antes de comenzar el trayecto no era la mejor idea pero la verdad que me divertí mucho con toda la bandola: Alex, Arturo, el Galo, Paco y Lucero, Isaac y Cristy, el Wero y Cuquis, Hector e Irma, Alex, el Burro y sus respectivas, Gus, Fer, Naye, Yesenia pero falto Uriel, al cual siempre es un gusto ver. Estaban también muchos otros maestros de Proulex y amigos otros de Isaac.
¡¡¡Muchas Gracias Isaac!!!
Me desperte a la hora convenida con Alex, pues el me acompañaría hasta Tecoman para comer ahí y luego dejarme para regresarse a Ciudad Guzmán, que es donde labora por estos días, y yo continuar hacia Maruata, donde pasaría la primera noche. Fue un quilombo salir pues no había empacado y no podía encontrar mi pasaporte. ¿Dónde he visto este capitulo ya? Entre esto y aquello, que fue y que vino, logré localizar mi pasaporte. Teníamos la firme intención de partir a las 10, lo cual no fue posible por ningún medio. Ya cerca de partir, recordé que no había comprado la bolsa de dormir, así pues era otra parada más que realizar. Todo se solucionó en una tienda departamental por la salida a Colima, así que estaba todo listo… todo menos la cámara fotográfica que no pude arreglar por falta de capacidad mental jejejejejeje. Pero esa, esa es otra historia, diría la nana aquella.
Ya ahora si de camino, salimos por la carretera libre a Colima para posteriormente hacer el chanchuyo de meternos a la de cuota por Los Pozos. Para aquellos que no se la saben, tienen que tomar esta salida por el lado izquierdo, unos 5 kms después del entronque a Barra de Navidad. Ahí se toparan con el puente que pasa por encima de la autopista y donde deben tomar hacia la derecha para entrar sin pagar a la autopista. Ojo, no lo intente en auto pues no se puede, solo para motos, bicis, patinetas, patines del diablo y avalanchas…. El día era lindo para rodar y no tardamos en llegar a la desviación a Sayula a dejar un encarguito y ver si me podía hacer de unos roles de canela glaseados de Doña Silvia, que ustedes SI están para saberlo, hace una repostería excelsa… todo lo que he probado de ella es fabuloso. Bueno, ya saben los que saben a que me refiero (jijiji). No tuve la suerte de encontrarla, por lo tanto el abastecimiento de calorías se esfumo por falta de comunicación. Pero ahí estaba Don Lalo, el Individuo, que como siempre es un gusto verlo. Nos contó como iba las cosas por “Cajetitlán”, pero se me olvido preguntarle por el "Rey", su perro. jajaja
Ahora si ya enfilados nos fuimos hasta Colima. Pasamos los puentes por Atenquique, que es una fábrica de papel, donde admiramos distintos tonos de verde y la singular topología de la zona. Estos puentes tienen el dato curioso que los comparan con la altura de la Pirámide de Sol en Teotihuacan, así como un mirador en uno de ellos que te lleva a la base del puente para admirar la obra de ingeniería y la base de las montañas... Llego la hora de brincarnos la segunda caseta en San Marcos. Este paso es un poco más complicado pues hay que subir por un lado de la carretera que esta por el carril opuesto al que circulábamos. Este si no aplica para avalanchas y patinetas. El truco es así: antes de llegar a la caseta de San Marcos hay un puente sobre la carretera. Unos metros adelante esta la rampita que les comenté. Hay que seguir el camino hacia el puente, cruzarlo y seguir immer geradeaus, o sea, todo derecho hasta salir a la carretera libre. De este punto hasta la unión con la autopista de nuevo son como 20 kms. Desgraciadamente como se me hizo tarde Alex no me pudo acompañar hasta Tecoman. Llegamos un tipo Oxxo por el camino, comimos una pizza congelada… que horror, pero así fue. ¡Culpable! Tanta rica comida que hay es nuestro país y yo comiendo una pizza de esas… Lo bueno fue que Alex pagó jajaja. De hecho el se puso guapo con todo lo de ese día, las ahogadas y el tejuino, ¡¡¡y me dio un tanque de ayuda!!!

¡¡¡Gracias Alex!!!
Comencé así el camino solo a Maruata. ¿Quién iba a pensar que cerca de ahí me llevaría el primer susto?... A unos kilómetros de mi destino de esa noche volé debido a una “rampa” en la carretera. Aterricé fuerte y se golpeo la parte inferior del motor. Me salí a un claro al lado de la carretera, ya estaba oscuro, a revisar los daños. Había una gran mancha de aceite sobre el pasto y mi primera reacción fue maldecir pues creí que hasta ahí iba a llegar. El aterrizaje de verdad había sido fuerte y pensé que se había roto o se había dañado el filtro de aceite. Afortunadamente la “concha” salió en mi protección y la calma llegó. Saqué una lámpara que Jaime – el español- dejó en casa por que no tenía espacio para ella. Es de esas de manija que te hacen sentir bien rustico y le dan un aire de austeridad al viaje. Comencé a revisar y la sonrisa volvió pues el charco de aceite era viejo ya y mi moto estaba intacta, bueno no literalmente por que se puso un buen madrazo, pero no estaba sangrando. ¡Bien macha ella! Siempre me hace estar orgullosa de ella debido a que aguanta y ha aguantado muchísimo. No saben que madrazo le he puesto en diciembre pasado y ella sigue rodando.

Arrancamos hacia Maruata finalmente. Ya era muy de noche cuando llegue ahí. Entré al pueblito, famoso entre los campistas, y me dirigí hacia donde creí que estaba la playa. Llegué a unos charcos grandes en el camino de tierra y ¡¡¡vas pa’bajo!!! Por querer evitar la mitad del charco llegue a una parte fangosa que hizo que la moto se resbalara y fuera inevitable que cayera. Ahí la tienen a la pobrecita sobre el lodo, me miraba con unos ojos de enojo por haberla dejado caer. Intenté sacarla pero no era tarea fácil. Después de varios esfuerzos fallidos y de bajar mis baterías AA me dí por vencido. Poco a poco se acercaron unos locales y muy amablemente me dieron una lección de humildad. Se quitaron sus sandalias y se metieron al lodo así nada más y entre los 3 levantamos la moto. Me reí mucho de mi por haber querido evitar ensuciarme mucho y ellos sin pensarlo lo hicieron. Tuve, pues, dos cosas por que estarles agradecido.

Entre a una zona que no conocía y me abordaron los militares. Ya saben, las preguntas de siempre, todo tranquilo en apariencia. Pero, ¿Qué hacia el ejercito en ese pueblo tan pequeño? Independientemente de las mentiras de la televisión, eso de ver al ejército por todos lados te hace pensar que hay dificultades. Me adentré aún más por los caminos de tierra buscando por un lugar donde pudiera estar solo y solo logré perderme. Me encontré a un grupo de hombres jugando cartas y me acerqué a preguntarles por direcciones. “Le das por aquí y luego pa’abajo,” decía uno. “No, mejor dale hasta las canchas de volley y luego ahí donde esta el centro de salud, ahí ontá azul”, “no no, es verde,” respondía otro de ellos, y un tercero intervenía diciendo “se me hace que es azul y verde”… una costumbre muy de nuestros hombres de querer ser el chicho hasta en una cuestión tan sencilla. Seguí por donde ellos me indicaron, más bien guiado por las luces del pueblo que por sus direcciones pues me llamo mucho la atención la forma en como debatían sobre el camino correcto.

Por fin llegue a la playa y busqué un lugar donde acampar bajo unas enramadas que se veían desiertas. Puse la tienda que intercambié con Alex pues la mía estaba averiada del cierre. Después de un momento de lectura y otro de reflexión, me quedé bien dormido.

Don José Nasbor
Fue en verdad un lindo despertar en un lindo día. El cielo estaba extrañando a las nubes y la brisa marina daba ese toque de vitalidad que caracteriza a la playa. Mientras recogía mis triques noté a un hombre ya entrado en años juntando basuritas. Me llamó mucho la atención el ritmo que tenía para hacer sus deberes y la familiaridad con la que se movía al ir de aquí para allá. “¿Trabajando tan temprano?,” le pregunté, “Todo lo contrario joven, ya es tarde para comenzar el día”. Eran un poco antes de las ocho. “¿Qué tal la vida por acá?,” seguía con el interrogatorio, “Todo tranquilo joven. La vida es como uno quiere. Yo he vivido todo mi vida aquí y nunca me ha hecho falta nada”.

Esa mañana aprendí muchas cosas y reafirme otras tantas mientras escuchaba a Don José. Me platico como había salido vivo de la lucha cristera, de cómo recorrió el país con las fuerzas armadas y su experiencia en el norte (Los Estados Unidos).

Muchas veces creemos que las personas de ambientes rurales y que no son “de mundo” no podrían enseñarnos. Don José, a sus 99 años de edad, esta sano y trabaja todos los días, no le duele nada y tiene una visión de la vida que contradice a todo lo que buscamos en estos tiempos, pero sobre todo es un hombre feliz que nunca ha querido tener más de lo necesario y al cual no le ha hecho falta nada. “El dinero enloquece,” afirma, “se puede tener un cuarto lleno de dinero y siempre se va a querer más”. No pude evitar notar el uso del “cuarto” en su frase. En otro contexto usaríamos una bóveda o cualquier otra cosa de gran tamaño, pero aún en el uso de esta palabra, Don José me dio otra señal de su humilde naturaleza.

“¿Y a usted le gusta andar mucho en ese aparato?,” refiriéndose a mi moto, “Mucho. Quiero ir hasta Argentina,” le respondí. “Esta bien pa conocer, pero cuando uno ya vive así, el espíritu no esta tranquilo. Yo aquí tengo todo y vivo tranquilamente. Ahí yo veo como la gente va y viene, como se meten cosas que no dejan la cabeza en paz. El hombre debe trabajar hasta los 80, darle con el machete todos los días. Ya después de eso uno debe estar en su casa y disfrutar a su familia, eso si, siempre hay que estar haciendo algo pa que uno no se vuelva un estorbo”. Que gran diferencia a lo que nosotros buscamos. Queremos dejar de trabajar lo más pronto posible y tener opulencia también pronto en la vida.

“Oiga, hasta Sky tienen aquí,” le observé al notar la antena en la casa de al lado. “Ah si,” me dijo,“ahí nomás están viendo la mentiras”. ¡¡¡Bolas don Cuco!!! Otra bomba soltada por Don José. Estamos tan metidos en cosas como la televisión y todo aquello que se supone debemos buscar y tener, que no nos damos cuenta de las mentiras, sino que más bien, seguimos esas mentiras y las hacemos nuestros sueños y objetivos. En cambio Don José dentro de su humildad e ignorancia de el “mundo” es capaz de ver las mentiras que idolatramos día tras día. Y continuaba, “La tele no deja al sentido (la mente) en paz. Se tiene que tener tranquilidad pa disfrutar la vida y la familia. Así nomás no por que uno nomás anda viendo que hace y a quien jode y todo eso uno lo saca de la caja esa”.

Se confirma que siempre se aprende algo de cualquier persona y tal vez más aún de aquellos a los que hacemos menos y tenemos olvidados, por que no se puede negar que ni quién se acuerde de ellos y lo vemos siempre por todo el país. México esta en ese proceso de acabar con todo lo rural, de seguir negándose a si mismo. Sin embargo, su gente, los verdaderos mexicanos y no nosotros que pretendemos no serlo, siempre encontrarán la forma de salir adelante, de ser más inteligentes a largo plazo, de ver la verdad y no vivir persiguiendo mentiras.

Fue hasta el final de nuestra charla que le pregunté su nombre pues tengo la costumbre de no presentarme. Nos despedimos complacidos por nuestra charla matutina y le pague lo correspondiente a la noche que pasé ahí pues el rinconcito en el que me tendí pertenece a Don José.
Salí hacia Zihuatanejo esa mañana.


sábado, 25 de octubre de 2008

Hola a Todos!!!!

Este será el lugar donde publicaré todos los acontecimientos del viaje -ya van un buen de ellos - para que se quemen la acción (perdón por el léxico, ahora si que me he juntado mucho con chilangos) y la emoción de esta aventura.
En cuanto tenga la oportunidad voy a ponerme a escribir como loco para mantenerlos al tanto y que se den un quemón (otra vez...)...
Un abrazo a todos