domingo, 1 de febrero de 2009

El Rol Continua- Zihuatanejo










Zihuatanejo-Acapulco-Playa Ventura






El trayecto a Zihuatanejo estuvo marcado por interminables curvas y una belleza natural del estado de Michoacán que nunca ha fallado en sorprenderme. Una infinidad de tonos verdes y hermosas playas y ríos. Michoacán es sinónimo de una alta estimulación visual y de una singular belleza. El olor de sus bosques es tan intenso y fresco que con un poco de tranquilidad se puede sentir como circula el aire fresco por los pulmones. Me encontré con playas a mar abierto que te ayudan a imaginar que el tiempo se detiene y que nunca nadie ha pisado esas arenas.
No recuerdo cuantas veces se repitió la sensación, sin embargo lo disfrute cada vez.
Ya por la tarde llegué a Ixtapa, el pueblo, y luego a la zona hotelera. Le falta algo a este lugar a pesar de que hay muchos yates y esas cosas, como que no tiene mucha vida aún. Bueno, eso me pareció a mí. Seguí hacia delante a una playa que yo no me acuerdo como se llama, ahí un chico me ofreció comida y un lugar para acampar, claro no gratis, y aunque era una linda playa no se me antojó. Así que me seguí hasta Zihuatanejo. Ahí si me gusto pues es una ciudad pequeña con más vida; cafés, restaurantes de comida mexicana, gente amable, la playita y el colorido de un pueblito-ciudad costero. Se me hizo tarde ahí y decidí quedarme pues me comentaron que no era seguro acampar en una playa sola y que días anteriores habían matado a alguien en una de esas playas, así que no me hice el valiente.
Conocí a unos chicos que estaban viendo a la Incomprendida y me preguntaron si tenia donde quedarme, y pues les dije que no. Me invitaron a casa de uno de ellos, me dijo que tenían un cuarto en la azotea y que podría quedarme ahí si quería, ¡¡¡ah y también había Internet inalámbrico!!! Me dí un buen baño y lave mis chones. Me puse a echar el coto por Internet y abrí este blog. Hacía un calor de cagarse, diría mi amigo Enrique, un italo-argentino con el cual compartí habitación en los meses que viví en Viena.
Pasé una noche muy relajada después de un buen baño frío y fui despertado por los rayos del sol, ¡por que ah que calor hace desde muy temprano en la mañana! Empaqué mis cosas y me dirigí hacia Acapulco que estaba algo lejos por la libre. Me detuve a echar gas y el cuate de ahí me recomendó un lugar para desayunar. Era una tipo cabañita donde tenían pollito en salsa verde y carne de res. ¡¡¡Estaba aquél pollo… super archirrequeterecontra delicioso!!! ¡¡¡Y con tortillas hechas a mano!!! Disfrute tanto ese pollito con frijolitos negros, como acostumbran más al sur, con una coca cola que desde hace un par de días le traiba (jiji) ganas. La señora me contó que la noche anterior se le metieron en el changarro y se llevaron cervezas, carne, la licua y la tele. Es impresionante todo lo que se puede encontrar andando el camino. Es triste saber que las personas desconfían del ejército y vivir con la sensación de que algo malo esta sucediendo pues los retenes están a la orden del día.
El camino a Acapulco transcurrió sin contratiempos y arribé después del medio día. Soplaba una brisa agradable en el hermoso puerto de Acapulco, como se refieren a él muchas veces, y me impresionó el caos vial que es esta ciudad, claro que no es así en la costera Miguel Alemán pues es la zona chicha del puerto. Ya se imaginan como esta aquello lleno de Mc Donalds, cafés y todas las tiendas de moda. Debo reconocer que la costera cerca de la playa es muy atractiva pero se pierde un poco cuando se topa uno con todas las tiendas y anuncios que inundan la avenida.
Después de comer me dí a la tarea de buscar un lugar para arreglar la camara fotográfica de mi hermana, que como les conté anteriormente no arregle por falta de talento. Imaginé que un lugar tan turístico podría encontrar muchos lugares donde reparasen estos artilugios, sin embargo no fue así. Me tuve que meter al caos del centro a buscar a un tal Don Luis, que disque muy bueno para eso y que tal vez tendría la pieza que le hacía falta, o sea, el disparador. No dí con él, pero si a otro lugar, donde el señor muy amablemente me dijo que eso habría que pedirlo y que tardaba como 5 días y luego la reparada… 10 días en total. No pues así no juego. Otro fracaso con eso de la cámara.




No les he contado como tomaba las fotos. Introducía un alambrito en el orificio y ya con el tiempo se estaba dañando. Así tome unas de las últimas fotos en la Quebrada. ¡¡¡Ah, pero antes me tomé-comí un raspado con una señora que de tantos clientes se quedó dormida sobre los botes con las mermeladas!!! Me vi en la necesidad de despertarla para que me diera una nieve de coco con vainilla. Hacía tanto calor que me supo mejor que las de mi tía Ana, allá en Ixtlahuacán.
Coloqué la moto en un punto estratégico para que saliera en las fotos de la Quebrada. Esta rechido la verdad, estos cuates si que se avientan, en muchos sentidos de la palabra. Me quemé la presentación de las 7:30, acá con luces y sonido y toda la faramalla de los clavadistas de la Quebrada que son todos unos divos -jajaja.

Un chilango fumado.

Ya de noche me fui a acampar a una playita que según lo que encontré en la red estaba tranquila para pasar la noche.
Siempre cometo el error de pensar que si son 100 kilómetros y vas a 100, llegas en una hora. Agarré camino hacia Playa Ventura. Llegué ya de noche, después de haberme volado un buen de topes que ni una luciernaguita tenían embarrada, ya de perdis digo, y de siete km de una carretera secundaria que daba meyo por tantas curvas y columpios que parecía me llevarían a un lugar desierto, lo cual no ocurrió porque llegué a un playita linda, eso si, con mar abierto y con unos hoteles y restaurantes. Me topé con un lugar que parecía estar bien pues había una tienda cerca, debido a la urgencia de una chela, y se veía muy tranquilo al solo haber una sola persona que leía en una de las mesas. Pregunté como mascaba la iguana ahí y una señora, con más sueño que nada, me dijo que por 30 pesos me podía quedar y además tenía acceso al baño y regaderas. No era tiempo aún para una ducha pues apenas había pasado un día desde la última, – como me acuerdo del Wero y de Isaac que siempre me tiran carrila que disque porque no me baño- pero nunca se sabe cuando le den ganas a uno.
Desamarré mis cosas y armé la casa de campaña. Inmediatamente después fui en búsqueda del líquido vital, como lo conocen muchos de mis conocidos, porque digo no es que yo sea borracho pero al cabo de tantos días en la costa si se antoja. Ajá.
Ya armado, me dirigí hacia la mesa donde estaba el chico este. Le saludé con una pregunta -ya ven como somos lo que nos tenemos tan desarrolladas las habilidades sociales-, creo que fue algo así como: “¿Leyendo o estudiando?”, a lo cual contestó “Un poco de ambos”. Al instante cerró su libro y la charla fluyo como muy pocas veces en estos días donde se esta tan absorto en otras tantas cosas y muy poco escuchar lo que otros tienen que decir.
Ya ni recuerdo si nos presentamos – poco a poco iré aprendiendo- lo que si es claro es que comenzó a indagar sobre la moto y le daba curiosidad verme solo en la moto. Le conté del Rol Latino y sobre el encuentro que tendría el día siguiente con Jaime y después con Jorge y su amigo.
No me gustaría entrar tanto en detalles pues la charla nos llevo por muchos senderos, desde arte hasta sociología y psicología, desde Nietzsche hasta Pollock y Van Goh, del Peje a Bush y Obama….
Tuvimos que ir por otra ronda antes de que cerraran la tiendita de la esquina porque la garganta se secaba rápidamente, a mi por las palabras y a el por las palabras y el churrumais que se estaba fumando. De regreso al popurrí de temas, entramos en la onda de la teoría de la conspiración y le conté de un video que había visto, el cual me pareció interesante pues tenía algo de lógica. Les paso el dato para que lo busquen en la red, se llama Zeitgeist, es un tipo documental que habla sobre las conspiraciones de los poderes detrás del poder.
Ya en el avión notó mi camisa de “Seguridad nacional. Combatiendo al terrorismo desde 1492”, una camisa que muestra a un grupo de nativos de Arizona armados. No es que crea que no la agarraron, pero para los despistados la idea es que los nativos han combatido al terrorismo con el que los españoles les conquistaron y más tarde lo colonos continuaron sobre sus pueblos. Le platique a José Luis, el chilango que ahora ya saben porque eso de fumado, sobre mi viaje al Gran Cañon en Arizona y la experiencia con Wallace, un nativo de la tribu Hava Supai que tuve la fortuna de topármelo. El punto aquí es que ya entrados en la charla, no me pregunten como llegamos a este punto de avion, le platiqué lo que Wallace me contó acerca de sus creencias del fin de ciclo, o del mundo, y que para mi sorpresa eran similares a aquellas de los mayas y otras tantas culturas, cuyo fin marcaron para el 2012. Ya entrados en materia, recordé algo sobre el I Ching, un libro chino de predicciones que da respuestas metafóricas basado en una serie patrones de líneas que se crean tirando 3 monedas, dependiendo del lado que caiga es las líneas que se trazaran. Puede ser una línea continua o dos líneas. Esto se repite seis veces y después con el patrón obtenido se busca la interpretación en el libro.
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Bueno, resulta que un matematico gringo se intereso en esto del I Ching y con todos los posibles patrones hizo una línea de tiempo que grafico. Curiosamente los picos en la grafica coinciden con acontecimientos importantes en los ultimos milenios, como la caida del imperio romano, las guerras mundiales, etc. Y resulta que sorpresivamente la grafica termina en un punto determinado en el tiempo. ¡¡¡El 2012!!! Asi que abusados amigos porque según los Mayas, los Aztecas, los Incas, los Egipcios, los Hava Supai y el I Ching, el mundo será otro a partir de ese año.
“Ahì tengo el I Ching, ¿quieres que te lo lea?,” voy voy, me dije. “Ya vas,” le contestè emocionado. Se lanzo por el librito, sacamos las monedas, hice la pregunta y las rayitas comenzaron a salir. Pregunte, obviamente, sobre el viaje. Había pues, dos respuestas a mi pregunta. No voy a explicar aquí el porque de los dos factores, digámoslo así, de la respuesta para ahorrar palabras. El primer factor fue “El Clan” y no era muy claro pues hablaba de un orden en la familia, de los lugares que el hombre y la mujer deben ocupar, lo exterior y lo interior, respectivamente. Hacia hincapié también en tratar de ser bueno. Para efectos de mi pregunta como que no era muy revelador. Aunque se podría pensar que si no existiera ese “orden” en mi clan, tal vez no hubiera tenido la oportunidad de hacer este viaje. El segundo factor: “Suave, Penetrante y el Viento” mas claro este, hablaba sobre la aventura y el andariego, y mencionaba un regreso a casa. También hacia mención a un influjo -¿serán acaso sus tanques de ayuda? –jajaja.
Se nos hizo muy tarde con tanta conspiración y ondas macabrotas, y ya con unas frías en el sistema, como que ya era hora de ir a mimir.
Nos despedimos con un abrazo muy sincero puesto que ambos disfrutamos la charla profundamente y no sabíamos si nos veríamos la mañana siguiente porque yo tenia la intención de partir temprano a Oaxaca para encontrarme con Jaime y tendría que rodar como 8 horas.
Era una tarde con un cielo despejado y unos amigos y yo nos encontrábamos jugando fucho en una calle empedrada del pueblo. Luego jugábamos beis y changáis. Genaro siempre sacaba frases de no se donde como el “botese queno”, que no sé si se escribe así, pero así me sonaba. El güero y sus carnales eran siempre medios gandayas pero a la hora del fucho no podían porque son gordos.



De repente el cielo se nubló y comenzaron a caer unas gotas muy pesadas, de esas que duelen en la cara al caer. Todos corrieron a sus casas pero yo no pude moverme, solo sentía como las gotas me golpeaban el rostro. En eso que me despierto y llovía con un viento que movía la casa de campaña bien cabrón. ¡¡¡Se me olvido poner el techo de la casa y la lluvia me estaba mojando!!! Me salí a poner el techito y me de una buena mojada. La neta estaba
Fue agradable verle de nuevo por la mañana para compartir el desayuno y hablar un poco más. Ordené unas quesadillas con camarón y un jugo de naranja. Las quesa estaban bien deliciosas y el jugo aún más ya que era de eso aciditos ricos. Y claro no podo falta un buen café de olla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Profesor: De verdad que no puedo creer que usted se haya aventurado a la vida de esta manera. Cuando lei la noticia estaba impactado y al mismo tiempo me sentia muy motivado. Es para mi , un gran ejemplo el ver que existen personas en este mundo que siguen sus sueños , y es mas aun de mi agrado saber que un profesor que me dio la materia de Lab. de Hard. me regale esa emocion. Le deseo lo mejor , que disfrute este gran viaje que estoy seguro aprendera mucho de la vida , y creame , muchos lo estaremos siguiendo por este medio y esperando en la escuela para que nos cuente de esta gran aventura. Dios le bendiga y cuidese mucho.

saludos.

Víctor Manuel Martínez Gtz.
Licenciatura en Sist. de Inf. UDG.